Usar un par de medias nuevas, se compara al goce de caminar sobre una cosecha de algodón, el hecho de sacarlas de su paquete ya es un goce superior, poseen un olor particular que no es tu olor particular. Observarlas y estirarlas un poco es parte del ritual, luego desvestir tus pies de sus antiguos protectores que ahora pasaran a esperar en el banco de suplentes observas tus pies cansados: no de caminar si no de sostener tu cuerpo y llevarse la peor parte, son los mas descuidados, atacados por las frases mas peyorativas, pienso que los pies no la deben pasar muy bien en ninguna época del año.
En verano sufren el achicharramiento dentro del zapato, fuera de él quemaduras en sus partes más expuestas. En invierno el frío congela los dedos y los puede dejar sin circulación y no existen muchas formas de calentarlos. Es por esto que un par de medias nuevas siempre son bien recibidas por un par de pies olvidados. Las medias nuevas son suaves, cómodas, frescas y abrigan mas, además como son nuevas en el terreno se portan bien amoldándose a tus pies, apretándolos como deben en todos sus lugares.
Cuando uno tiene medias nuevas no teme a sacarse el zapato en público porque tiene la certeza de no encontrarse con un orificio que pueda hacerle quedar mal. Las medias nuevas tienen la suerte de ser siempre bien recibidas en los pies, en las manos y hasta en el rostro de tus amigos de confianza.
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