viernes, enero 18, 2008

El surrealista Chávez

(Entrevista a Gerardo Chávez)
Es extraño enterarse que un surrealista pudo materializar sus sueños, es como si nos dijera en base a dibujos que “aquella formula secreta” funciona, dándonos así la gracia de confirmarlo y aplaudirle a la esperanza mientras ella nos dice que el mundo es realmente el que nosotros queremos crear.

Yo lo he visto coger el barro con sus manos, jugar con su minotauro en la tierra y divertido limpiarle los cascos con una brocha, además un par de nosotros hemos tenido el gusto de ayudarlo y talvez sonreír mientras jugábamos en el suelo con un gran pintor. El solo quería una portada de revista y sin querer en ese momento nos regaló un viaje instantáneo y fugaz a su mundo infantil del que tanto hablan.

Cuando el hombre quiso imitar la acción de andar… creó la rueda, que no se parece a una pierna. Del mismo modo ha creado, inconscientemente, el surrealismo... Después de todo, el escenario no se parece a la vida que representa más que una rueda a una pierna.

Cuando Gerardo Chávez quiso pintar… empezó con brocha gorda pintando unas puertas en Paiján, fue cuando una señora muy elegante le palmeteó la espalda y le dijo que un día seria un gran escultor, fue ahí que comenzó a averiguar de que se trataba eso y luego empezó a dibujar y pintar personajes.

Después de eso su carrera artística se basa en el perfeccionamiento de ese talento que descubrió gracias a aquella puerta paijanera. Al saber que su talento era una grandiosa llave aprendió a buscar puertas en otros talleres, en otros maestros, en otras exposiciones, en otros ismos, en otros materiales, en otros formatos, en otros sueños, en otros mundos y hasta en otras dimensiones para así lograr lo que es ahora, un artista, y estoy siendo justo porque sé que a él le basta con decirle artista para englobar sus premios, nombramientos, reconocimientos y condecoraciones.

Ahora tiene 70 años y el triunfo disfraza su cara con otra expresión. Habla el español con la melodía de una canción francesa mientras me cuenta que por temporadas vive en su casa de Trujillo, en la de Francia, o en Lima según sea el caso o según le de le gana porque los artistas son así y cuando tienen plata pueden hacer asá. Al estar en el Museo de Arte Moderno (que es tan suyo como la totalidad de las obras expuestas ahí) uno tiene la impresión de que es un lugar donde ni la primavera tiene prisa en irse por lo tanto decido quedarme también y hacerle al autor un par de preguntas que me soplaron.

REC

¿Cual es la principal motivación que lo conduce a construir este museo?

Yo soy un pintor que me encanta hacer formatos grandes y después me pregunté: ¿Qué voy a hacer con esos cuadros enormes? ¿Dónde los voy a dejar? Entonces esa es la idea, crear un espacio en mi casa que me permita siempre tener mis cuadros grandes presentes. A pesar de que toda la vida viví soñando en crear un museo para perennizar la obra que uno viene haciendo, como un legado a su país, a su tierra, como un legado al mundo mismo. La mayor parte de sus artistas vende toda su obra y no queda enraizada por estar dispersa en colecciones dispersas por lo tanto no se llega hacer una lectura del artista.


¿Qué tan importante es para usted la trascendencia como artista?

Es importante la manera en que la propuesta de uno viene quedando como un ejemplo de algo que se vivió, que se hizo, que se pensó y que prolongo la vida de las ideas del artista. Que pases a la historia, que no pases a la historia eso es otra cosa pero lo que es importante es lo que uno entrega a su pueblo y en estos casos pero en esos casos yo creo que es necesario hacer cosas trascendentales que vengan quedado, más aun si uno siente que son interesantes entonces hay q aprovechar de eso, dejar a nuestro pueblo lo mejor de uno mismo.

STOP

Imagino que para Chávez, el museo también es la búsqueda de tener su universo feliz además de propio, que cosa más maravillosa para un niño de 70 años que poseer un cuarto de juegos (taller), 4 guacamayos parlanchines, un minotauro gigante (el guardián), un caballo de lata (tamaño natural), dos Volkswagen blancos (alemán y brasilero), una casa grande, una cafetería propia, un verde jardín inmenso y una sala de exposiciones (rodeada de agua) con tres grandes secciones: una para sus dibujos, otra para la de sus amigos y otra en honor a su hermanopadrementormaestromejoramigocómplice Ángel. Y por si no fuera poco tiene en su haber un museo del juguete y un bar (para creerse grande). Todo eso libre de supervisión adulta ¡Que maravilla!.

Esta vez he visto monstruos, criaturas gigantes, desfiles, juguetes, carruseles, caballos, formas extrañas, procesiones, más monstruos, cuadros, retratos, más juguetes, autorretratos, pero esta vez no he visto ni un solo centavo de la caja chica de dia30 ¡lo juro!.

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